sábado, 26 de junio de 2010

¿Pondrías tu cabeza dentro de un horno microondas?

Estamos entrando en la "Era del Electrosmog"

En términos simples, es así, nuestra sociedad moderna está introduciendo todas nuestras cabezas en hornos microondas, queramos o no. Nuestra civilización se ha lanzado a un experimento masivo global con una nueva forma energética de polución del aire, llamada electrosmog o electropolución. Su biofísica es muy simple: Todos los aparatitos inalámbricos que funcionan con ondas creados por la física y la ingeniería se cruzan en el camino con nuestros sistemas biológicos. Ahora se ha demostrado que el electrosmog es capaz de afectar al ADN de todos los seres vivos y puede incluso estar teniendo un impacto adverso en la atmósfera terrestre. Muy probablemente el electrosmog demostrará ser la mayor amenaza medioambiental de este siglo. Parece que nos enfrentamos a una colisión directa contra los ladrillos básicos que soportan la vida.

Mucha gente hoy en día piensa que no deben preocuparse por los campos electromagnéticos de las líneas eléctricas de bandas de frecuencia extremadamente baja (EMF/ELF) porque creen que son seguras e inofensivas, pero nada puede estar más lejos de la verdad. Tres estados y agencias federales de los Estados Unidos reconocen ahora que tales exposiciones están directamente relacionadas con la leucemia infantil. También afirman esto varios gobiernos europeos y la Unión Europea. Nuevos estudios indican que vivir cerca de líneas eléctricas durante la infancia aumenta significativamente el riesgo de sufrir leucemia de adulto también. Antes nadie había seguido a esas poblaciones durante tantos años para que se demostrara ese riesgo, pero ahora está constatado. Como ocurre a menudo con este tipo de casos, tan pronto como un investigador mira, encuentra los efectos. Los estados de California y Connecticut están estableciendo guías para las exposiciones a campos electromagnéticos en algunos casos requiriendo la colocación bajo tierra de los nuevos corredores de líneas eléctricas cerca de áreas pobladas. El Reino Unido está considerando comprar propiedades residenciales alrededor de los corredores de líneas eléctricas para que éstos estén más apartados de la población.

Además, hay nuevas inquietudes entre los expertos en protección radiológica sobre lo que se ha dado en llamar "electricidad sucia" (dirty electricity), que causa el síndrome del "edificio enfermo" y que ocurre cuando en las casas o en los edificios hay un nivel elevado de contaminación electromagnética procedente de múltiples fuentes de radiofrecuencia como por ejemplo los aparatos electrónicos junto con las líneas eléctricas, las cañerías y los aparatos inalámbricos. Se ha visto que la electricidad sucia es la causa del aumento de la diabetes, los dolores de cabeza, los problemas de concentración y la hiperactividad entre los niños, entre otros problemas.

Pero la mayor preocupación en torno al electrosmog actualmente son los productos inalámbricos.

Desde la llegada de los teléfonos móviles a finales de los 80, la "revolución sin cables" no ha parado de crecer hasta incluir todo desde acceso a Internet sin cables en escuelas, bibliotecas, hogares, aeropuertos, hoteles y negocios, hasta "Zonas Wi-Fi" en cualquier lugar público, teclados, ratones y otros dispositivos inalámbricos (Bluetooth), además de numerosos dispositivos de sensor remoto y etiquetas de identificación mediante radiofrecuencia (RFID), ahora insertadas en muchos productos de consumo, pasaportes, pacientes con demencia, mascotas, y bebés en unidades neonatales. La gente se pone pendientes Bluetooth con radiofrecuencia, que lanzan microondas pulsantes directamente a su cerebro. El WiMax es una red inalámbrica que permite a la gente agrupar todos sus servicios de telecomunicaciones recibiendo todo sin cable. El número de personas que abandonan completamente sus teléfonos fijos con cable crece diariamente.

A instancias de los gigantes de las telecomunicaciones otra vez, el FCC agrupó todos los nuevos servicios de banda ancha, requiriendo aumentar mucho más el nivel de radiofrecuencia ambiental, bajo las legitimaciones de la ley de telecomunicaciones (Telecom Act, USA), que todavía prohíbe que las exposiciones ambientales de radiofrecuencia sean tomadas en consideración para la instalación de antenas de telefonía. Añade a todo esto muchas instalaciones militares nuevas, como los programas de escudo antimisiles "Star Wars", que crean intensas pantallas de energía de alta intensidad en la ionosfera, exposiciones crecientes de nuestros militares a las armas de alta tecnología, y cientos de nuevos canales de TV y emisoras de radio emitiendo a literalmente millones de vatios de intensidad radiada desde transmisores en tierra y redes de satélites y verás claramente que estamos sumergidos en niveles siempre crecientes de radiación ambiental de radiofrecuencia.

Mucha de esta nueva afluencia de radiofrecuencia ambiental está en las bandas de microondas de frecuencia ultra alta (UHF), la misma forma de energía usada por los hornos microondas pero sin paredes o puertas. No sólo estamos siendo expuestos por nuestros propios productos sino también, como los fumadores pasivos, por los que usan otras personas.

Los aparatos de consumo inalámbricos transmiten en un patrón de 360 grados, exponiendo a todos los de alrededor que se encuentren cerca o lejos. Los niños de hoy en día, por primera vez en la historia humana, sufren exposiciones graves prenatales. Los padres colocan radiomonitores de bebé que transmiten radiofrecuencias junto a la cuna para que sus hijos estén "a salvo". Y los niños, al menos en América, tienen un teléfono móvil mucho antes de obtener el permiso de conducir. Los padres a menudo insisten en que sus hijos lleven teléfono móvil. Qué ironía que la ciencia está dando cada vez más señales de alarma pero la mayoría de los padres siguen estando desinformados.

Hay más de 2,2 billones de usuarios de teléfonos móviles en el mundo actualmente con una estimación de 100.000 más uniéndose diariamente en América solamente. Además, cada nuevo diseño tecnológico, como fotos digitales enviadas a través de teléfonos móviles, descargas de música, uso de Internet a través del móvil, dispositivos informáticos inalámbricos, añade otra capa más de radiofrecuencia al conjunto. Todo esto requiere infraestructura de transmisión y cada vez más banda ancha en el espectro electromagnético, lo que significa más transmisores en cercana proximidad a la población. Hace sólo una década, este tipo de exposición apenas existía. Según una estimación los niveles de radiofrecuencia ambientales en Boston y Nueva York han aumentado 100 VECES en comparación con los de hace una década. Un reciente estudio hecho en Europa encontró un aumento del 3.000 % en la radiofrecuencia ambiental en 10 ciudades respecto a la de hace sólo una década. Como cualquiera puede reconocer, esto es un gran cambio en el medio ambiente. Y este nuevo agente no tiene paralelo con ningún otro agente contaminante que exista hoy en día.

Anteriormente al siglo veinte, el campo electromagnético natural de la Tierra consistía en los Polos Norte y Sur, los campos magnéticos fijos que emanan de su núcleo fundido, y los relámpagos de las tormentas. Muy poca radiofrecuencia, e incluso menos radiación de microondas, alcanzaba la Tierra procedente del espacio.

Ahora el área completa del espectro electromagnético ha sido llenada en la superficie de la Tierra, debido exclusivamente a nuestra propia electropolución durante los últimos 50 años.

Además hemos creado características de propagación de señales como la corriente alterna y la corriente pulsante digital, formas de onda inusuales como la onda senoidal y la onda diente de sierra, y densidades de alta potencia de estas bandas que simplemente no existen en la naturaleza. Todo esto ha sido creado por artefactos artificiales hechos por el hombre.

Muchos profesionales de la salud pública en Europa están recomendando ahora evitar prudentemente la exposición a estas ondas todo lo posible, especialmente la de los niños, los que, por virtud de su edad, tienen una mayor división celular en su organismo, sus cráneos son más finos, lo que permite una penetración más profunda de las ondas, y tienen el sistema inmune en desarrollo.

Pero no paran de aparecer nuevas tecnologías a un ritmo desenfrenado. La gente parece estar adicta a los móviles, a los BlackBerrys y a los sistemas de mensajes instantáneos, y de hecho pueden en realidad estarlo. Algunos estudios han encontrado que la radiofrecuencia aumenta los niveles de endorfinas y estimula los centros de placer del cerebro. Los fabricantes de esos productos han avisado de que producen fuertes frecuencias eléctricas y una señal de radiofrecuencia que alcanza directamente los ojos de quien los usa. Dos recientes estudios han encontrado melanoma en los ojos que han sufrido tales exposiciones. Un estudio encontró electrofrecuencias de 900 miligauss en algunos BlackBerrys (los aumentos en las tasas de leucemia empiezan a 2 miligauss).

El peligro del Wi-Fi

Además, ciudades y pueblos enteros se están volviendo Wi-Fi sin ni siquiera pensar en las consecuencias. Nueva Orleans, tras el Huracán Katrina, puede que nunca reconstruya el sistema de línea de teléfono por cable otra vez. Grupos de antenas se montan en torres, cimas de edificios altos y tanques de agua, enganchadas a los lados de complejos de apartamentos, y escondidas a menudo en huecos de ascensores, silos o graneros y campanarios de iglesias. En las ciudades son montadas en los postes de las farolas, creando una exposición omnipresente a sólo tres metros de la mayoría de las calles de la ciudad y pisos, irradiando directamente a la gente las 24 horas y los 7 días de la semana.

No debería activarse un sistema Wi-Fi que cubra toda una ciudad o un pueblo sin estudios epidemiológicos.

Tales sistemas están siendo enfrentados por los ciudadanos en San Francisco, varias poblaciones en el sur de California, Minnesota, Massachusetts, Maine, Illinois, y en Canadá y Europa. La gente está enfermando una vez estos sistemas empiezan a funcionar. El gobierno alemán en 2007 advirtió a sus ciudadanos que no usaran la tecnología Wi-Fi de routers inalámbricos, especialmente en los colegios. El gobierno aconsejó que la gente usara la variedad de cable tanto para Internet como para teléfonos fijos del hogar. En los Estados Unidos, [al igual que en muchos otros países, incluido España] a muchas de estas tecnologías se les concede una "exclusión categórica" y carecen de licencia o regulación por ninguna entidad gubernamental porque se presume que operan bajo un cierto umbral de potencia requerido para el calentamiento de tejidos. Pero la realidad es que laboratorios independientes han descubierto que muchas veces las emisiones de estos aparatos superan incluso los pocos estándares requeridos que existen y no hay ninguna supervisión o seguimiento por parte del gobierno de este asunto.

Numerosas comunidades están oponiéndose a las antenas cerca de colegios y barrios residenciales. Pero cientos de miles de nuevas antenas de telefonía son necesarias para ofrecer cobertura debido a la demanda de todos los aparatos inalámbricos. La construcción de la infraestructura inalámbrica no está completa en ningún sitio. La tecnología de "tercera generación" necesita infraestructura cada 1-4 kilómetros. Hay nuevos servicios de banda ancha que permiten todo desde llamadas, mensajes de texto y descargas de Internet en una pantalla de teléfono móvil o en un portátil inalámbrico. Además, haciendo gala de la competición con las redes de cable, las telecoms pueden ahora ofrecer hasta programación de TV. Esto significa que la antena de telefonía móvil de ayer se ha transformado en una estación de emisión de TV además.

Como consumidor, si quieres usar estos sistemas inalámbricos, estás pidiendo que a alguien le instalen cerca o al lado de su casa la infraestructura de emisión. Con el tiempo, esta infraestructura la tendrás también al lado de tu casa. No tendrás donde esconderte.

Los efectos de la exposición del Medio Ambiente

La ciencia está también revelando un paisaje desolador de lo que la exposición a la radiofrecuencia puede hacer, amenazar la salud de nuestro planeta en todos los niveles, desde las plantas hasta los humanos.

Hay un creciente montante de evidencia de que la exposición a largo plazo de radiofrecuencia a baja potencia es igual de peligrosa que la exposición a corto plazo de alta potencia, como la de los Rayos X, por ejemplo.

En esencia, estamos enfrentándonos a una forma totalmente nueva de polución, una forma eléctrica. El mundo no humano es afectado del mismo modo. La radiación electromagnética puede causar la pérdida prematura de hojas de los árboles y hacerlos más susceptibles a enfermedades. Hay pruebas de que la radiofrecuencia procedente de torres de TV, radio y telefonía móvil baja la producción de leche de las vacas, causa deformidades en anfibios, dismiuuye la reproducción en animales y pájaros, y causa confusión, errores de navegación y muerte en los pájaros migratorios.

Se sabe que las capacidades navegatorias de las abejas son sensibles a bajos niveles de campos electromagnéticos. Las poblaciones de pájaros de los países industrializados están disminuyendo en picado debido a varias razones. Pero la radiofrecuencia puede jugar un papel importante ya que el tejido de los ojos, el pico, y el cerebro de los pájaros tiene componentes de magnetita, un mineral natural altamente sensible a campos electromagnéticos externos que los pájaros usan en su navegación (ya que navegan usando el campo electromagnético natural de la Tierra). Esta atracción a las antenas es probablemente lo que provoca las 4-5 millones de muertes de pájaros anuales que pueden ser debidas a colisiones con torres de antenas, según el U.S. Fish and Wildlife Service.

Nuestros más brillantes expertos están en su mayoría en desconocimiento de éste área científica. Los científicos del medio ambiente a menudo ponen collares de radiofrecuencia e insertan chips de identificación con radiofrecuencia (RFID) en animales, pájaros, poblaciones marinas, con el objetivo de seguirlos y estudiarlos, sin haber ojeado la literatura que muestra el incremento de tumores en el tejido viviente con tales aparatos además del aumento de la excitabilidad y la morbilidad. Los expertos en medio ambiente también promueven la sustitución de las bombillas incandescentes por bombillas compactas fluorescentes (CFLs), las llamadas "de bajo consumo", sin prestar atención al hecho de que estas bombillas crean grandes campos magnéticos de hasta 500 milligauss en la base de la bombilla, a menudo cerca de la cabeza del usuario, y además contienen en su interior componentes extremadamente tóxicos: mercurio y flúor.

Es necesaria mucha más cautela

Muchos progresistas se han lanzado a la implementación del acceso a Internet mediante la tecnología Wi-Fi para según ellos acabar con la "división digital entre ricos y pobres", sin ni siquiera saber las potenciales consecuencias sanitarias para las comunidades donde la implementan debido a tanto el hardware inalámbrico como a la infraestructura de antenas. Los progresistas también han acogido el concepto de nuevas estaciones de radio FM con baja potencia (1000 vatios) para contribuir a llevar la información local a comunidades que se han quedado fuera de fusiones de empresas de los medios de comunicación. Pero esta solución, que traerá una nueva capa de electrosmog a las áreas locales, es sostenida sin entender los estudios que han mostrado aumentos en los casos de melanoma en zonas de radiación FM de baja potencia. Una buena solución sería evitar o deshacer las fusiones de empresas. Como se ve claramente, hay grandes lagunas de educación sobre este asunto de la radiofrecuencia.

Es necesaria mucha más cautela. Existe una voluminosa cantidad de estudios para la gente que se interese e investigue. Los científicos del medio ambiente deben despertarse y contemplar también esta gran amenaza que se cierne ahora mismo sobre el planeta. Las comisiones locales de planeamiento urbanístico deberían, basándose en los crecientes estudios, como el Bioiniciativa, establecer estrictas regulaciones en torno a la colocación de la infraestructura de antenas. Los ciudadanos deberían exigir a través de su voto responsabilidad a su legislación sobre este asunto y la creación de investigaciones imparciales del gobierno, estándares que verdaderamente protejan, y mantener la influencia empresarial a mucha distancia de las agencias reguladoras. La prensa científica debe cubrir este asunto como un tema médico y sanitario respaldado por estudios y no dejarse influir por las afirmaciones y bulos de las empresas carentes de toda base científica. Y nuestros médicos tienen que comprender lo que algunos biofísicos saben ya desde hace tiempo, que los sistemas vivientes son exquisitamente sensibles a la radiación no ionizante de baja potencia. A los médicos se les enseña en la facultad de medicina que este tipo de radiación sólo puede causar calentamiento de tejidos y electroshock, pero en realidad, puede impactar negativamente todos los sistemas del organismo.

Todos los datos y avisos están disponibles para todos los que los quieran ver, individuos y gobiernos, tanto en Internet como en libros que empiezan a abundar sobre el tema. Lo único que necesitamos es abrir nuestros ojos para tomar las decisiones más prudentes para nosotros, nuestra familia, y nuestro planeta. El dicho "Es demasiado bueno para ser verdad..." puede ser lo que ocurra en este caso. Habría que mirar, además de las ventajas, los inconvenientes de estas "mágicas" tecnologías. Siempre que en ellas aparezca la palabra "inalámbrico" deberíamos preocuparnos.

Extraído del libro: Electromagnetic Fields: A consumer's guide to the issues and how to protect ourselves, B. Blake Levitt. Traducido por VidaSostenible.

Más información: Bioelectrica.es

Next-up.org

Carlos J. Rueda S.
18565256
Sección: 2
EES



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