domingo, 30 de mayo de 2010

LAS RADIACIONES NOCIVAS Y SU IMPORTANCIA EN LA SALUD HUMANA

En los tiempos que corren, cada día cobra mayor interés la acción de los campos de energía y de radiaciones sobre el medio ambiente y la salud humana. Hace ya tiempo fue noticia en los medios de comunicación españoles la férrea oposición de la población de Tarifa al tendido de una red de cables de alta tensión sobre su demarcación por los peligros que entendían que podría acarrear sobre la salud de sus habitantes y el consiguiente deterioro del medio ambiente. La existencia de casas en las que la enfermedad y la desgracia se abaten sobre todos los que las habitan es conocido desde siempre, existiendo muchas obras escritas al respecto que estudian el problema, y así se habla de casas malditas, casas que matan, etc., atribuyendo en los últimos tiempos la causa de estos problemas a la presencia en ellas de disturbios en las emisiones debidas a la energía telúrica o a radiaciones de otro tipo, nocivas para sus habitantes.

Aunque parezca mentira, los efectos de los campos de energía sobre los seres vivos se conocen desde los tiempos prehistóricos, seguramente de forma intuitiva por el íntimo contacto en que vivían los seres humanos con la naturaleza. Ya entonces buscaban con sumo cuidado los lugares donde iban a habitar, pues sabían que era fundamental para su bienestar y su vida. Posiblemente los menhires, dólmenes y otros monumentos prehistóricos descubiertos actualmente en las excavaciones arqueológicas sirviesen para marcar y armonizar la emisión de estas radiaciones, si bien ello constituye aun un misterio para nuestra civilización.

Las culturas antiguas poseían importantes conocimientos sobre los efectos de las radiaciones y campos de energía en la salud de los seres humanos, siendo particularmente los egipcios y los chinos los que más sabían al respecto, aunque por desgracia, la mayoría de su saber se haya perdido en el transcurso de las edades y sólo nos haya llegado una parte mínima de él. Cabe destacar en todos ellos la enorme preocupación por la elección de los lugares para construir los pueblos y las ciudades, así como las viviendas, de tal manera que no construían los edificios en cualquier lugar, sino obedeciendo a una serie de reglas muy precisas y experimentadas en el transcurso del tiempo. En la antigua China existía un edicto imperial, atribuido al mítico emperador YU, que se refería al FENG-SUI o arte de la GEOMANCIA, donde se establecían las normas y las condiciones que debía reunir un terreno en el que se deseaba edificar una casa, establo, etc. y que un geomante (arquitecto, médico, filósofo) debía examinar previamente para detectar, por medios radiestésicos, si estaba surcado por lo que ellos llamaban "venas de dragón" y "salidas de los demonios", en cuyo caso nunca se debería habitar.

Es sabido también que los romanos, antes de construir una ciudad, acotaban un determinado lugar e introducían en él rebaños de ovejas durante un año, al cabo del cual las sacrificaban y examinaban sus vísceras, particularmente el hígado. Si presentaba buen aspecto construían la ciudad; si no, se iban a otro lugar.
No cabe ninguna duda de que desde la más remota antigüedad se conoce que:

"El ser humano es un microcosmos que obedece a las leyes del Cosmos".
"El ser humano está sometido al Cielo y a la Tierra".

En la comprensión del inmenso saber encerrado en estas dos sencillas frases se encuentran las claves de este conocimiento ancestral, muy bien aplicado por las civilizaciones de la antigüedad y por los constructores de las catedrales en los pasados siglos, pero desgraciadamente perdido desde la época de la revolución industrial y que tratan de recuperar, estudiar e investigar ciencias como la GEOBIOLOGÍA, DOMOLOGÍA, RADIESTESIA, RADIÓNICA, MEDICINAS NATURALES y otras en estos últimos años.

CAMPOS DE ENERGÍA Y RADIACIONES QUE
AFECTAN A LOS SERES VIVOS
ONDAS Y RADIACIONES NOCIVAS

Los seres vivos están inmersos en un inmenso mar de energía y radiaciones, unas naturales y otras artificiales creadas por el desarrollo tecnológico en este último siglo, que van a tener una gran importancia en la salud y en la enfermedad.

JACQUES LA MAYA las define como:

"Ondas surgidas de anomalías del subsuelo o de corrientes telúricas o de causas diversas naturales o artificiales, transportadas por ondas portadoras también propagadas por el subsuelo, que modifican el ritmo vibratorio de los seres vivos provocándoles desequilibrios oscilatorios perjudiciales para su salud".

Su conocimiento se debe a una serie de investigadores entre los que cabe destacar a BÉLIZAL, CHAUMERY, MOREL, TURENNE, ENEL, LAFFOREST, LA FOYÉ, el grupo ARK'ALL y a otros muchos que sería imposible mencionar en este artículo. No obstante lo menos conocido es cómo actúan para minar la salud de los seres vivos y en particular de los humanos. Se debe a Georges LAKHOVSKY, físico y biólogo ruso, el haberlo descubierto en su mayor parte, en los años 20.

Según este investigador, las células de los seres vivos se comportan como osciladores de radiofrecuencia, es decir, como estaciones de radio capaces de emitir y recibir radiaciones y ondas, por lo que gracias a ello pueden recibir y transmitir información, de modo similar a como se transmiten las ondas de radiofrecuencia, que van a interaccionar con los grandes campos de radiaciones y ondas a los que están sometidos todos los seres vivos. Fundamentalmente son:

- Radiaciones Cósmicas.- Las que provienen del sol, de la luna, de los planetas y satélites de nuestro sistema y las que nos llegan de las estrellas y resto del universo.

- Radiaciones Telúricas.- Proceden del planeta que habitamos y se originan de diversas fuentes:

a) De la energía desprendida por el núcleo ígneo del planeta.
b) De las producidas por la lenta descomposición de la materia.
c) De la propia radioactividad natural.
d) De la reflexión de las radiaciones cósmicas sobre la corteza terrestre.
Muy bien estudiadas, desde el punto de vista de la geobiología, por tres médicos alemanes: PEYRÉ, HARTMANN y CURRY, quienes han descubierto sus propiedades, efectos y propagación. Nos enseñan que la energía telúrica se propaga desde el interior del planeta hacia el exterior en forma de redes cuadriculadas. RED HARTMANN, RED CURRY y RED de PEYRÉ. Su conocimiento permite detectar los lugares buenos o nefastos para habitar.

- Radiaciones Artificiales.- Fundamentalmente de tipo electromagnético y radioactivas. Son las creadas por el progreso humano.

- Emisiones de Forma.- Son las debidas a la interacción de las formas geométricas planas o de volumen con las ondas y radiaciones comprendidas en el espectro electromagnético. Aunque se conocen desde la antigüedad, su modo y mecanismo de acción es aun un misterio que en estos últimos años la ciencia trata de desentrañar.

- Emisiones Abstractas.- Constituyen un grupo, utilizado a modo de cajón de sastre, que engloba una serie de emisiones nocivas para la salud, que no pueden ser explicadas por la ciencia y que entran de lleno en el campo de la parapsicología. Pertenecen a este grupo por ejemplo; las remanencias del pasado, las vampirizaciones, los objetos malditos, animales y vegetales productores de nocividad y mala suerte, la memoria de las paredes y objetos de un determinado edificio, los efectos de la magia negra, los lugares hechizados, etc.

Como puede apreciarse abarcan un amplísimo campo de acción donde se manifiestan sus efectos. Serán beneficiosas cuando estén en armonía con los códigos vibracionales de los seres humanos y nocivas, cuando los interfieran.

MODO DE ACCIÓN DE LAS RADIACIONES NOCIVAS EN LOS SERES VIVOS Y EN PARTICULAR
SOBRE LOS SERES HUMANOS

La acción de los campos de energía y radiaciones a los que están sometidos todos los seres vivos es esencial, pues son indispensables para que la vida pueda manifestarse en la materia.

Aceptando que la vida es la manifestación de la Energía Universal que emana del Ser Supremo, es posible admitir que los seres vivos, al menos lo que se conoce por vida en la Tierra, constituyen la materialización de esa Energía que emana del Creador manifestándose en multitud de formas y niveles evolutivos que energéticamente se caracterizan por sus distintos grados vibracionales, desde su nivel más sutil hasta el más grosero, pues hasta lo que se conoce como materia densa no es otra cosa que energía en su nivel más denso de vibración.

Así pues, de acuerdo con LAKHOVSKY, puede decirse que:

1) La vida nace de la radiación y es mantenida por ella.

2) La salud existe cuando hay armonía y equilibrio en las oscilaciones y radiaciones de los seres vivos.

3) La enfermedad es provocada por el desequilibrio e interferencia en la oscilación celular de los seres vivos.

4) La muerte es la ausencia total de radiación y oscilación celular.

Esto quiere decir que la vida es posible gracias a la radiación de la energía vibrante, fundamentalmente a la originada por las radiaciones cósmicas y las telúricas, que al incidir sobre la materia orgánica producen fenómenos de interacción con los elementos vibrantes de los seres vivos. Si son armónicas con sus frecuencias de oscilación celular, producen en ellos efectos beneficiosos sobre su vida y estado de salud, hablándose en este caso de RADIACIONES BENÉFICAS. No obstante, ocurre muchas veces que los campos de energía vibrante que inciden sobre los seres vivos no son armónicos con los códigos frecuenciales de sus células, sino interferentes. Entonces se produce atenuación y dificultad en la oscilación celular, por lo que el ser vivo que está sometido a esta condición ha de poner en marcha todos los mecanismos energéticos que posee para oponerse a la acción de este campo energético vibracional interferente que trata de bloquear la vibración y oscilación de sus células, por lo tanto de su energía vital. A estas radiaciones se las conoce como ONDAS o RADIACIONES NOCIVAS, porque al interferir la oscilación celular impiden la vida, agotando poco a poco las reservas energéticas del ser vivo sometido a ellas y provocándole en más o menos tiempo la enfermedad y hasta la muerte.

Pero además existe un elemento: el agua, que es el que se encuentra en mayor proporción en la constitución material de todos los seres vivos, lo que no es una casualidad porque gracias a sus particulares propiedades físico-químicas, que transgreden algunas de las leyes de estas ciencias, hacen posible que la vida pueda manifestarse en la materia. Esto se debe por una parte, a los movimientos propios de sus moléculas, que oscilan a frecuencias vibracionales altísimas, aproximadamente entre 1012 y 1014 Hercios, y a su curioso comportamiento como disolvente en las múltiples soluciones que existen en la materia orgánica, lo que se ha descubierto hace años estudiando la dinámica de soluciones acuosas mediante Espectroscopia RAMAN. Gracias a ello es posible comprender algunas cosas de las que suceden en la materia orgánica, entre ellas la acción de la terapia homeopática.

Es como si el agua se comportase como un microchip de ordenador capaz de almacenar información en forma de códigos vibracionales que vendrían dados por las sustancias que contiene en solución.

Además el agua es particularmente sensible a los campos electromagnéticos, cuando contiene en solución a otros elementos, lo que la hace sensible a la acción de la energía cósmica y telúrica, así como a las demás que inciden en los seres vivos. Si los campos de energía radiante que recibe tienen una frecuencia análoga a la que ella vibra en el organismo, todo va bien porque se estimulan y amplifican las vibraciones celulares, lo que influye positivamente en la salud y en su vida, pero si son distintas se interfieren y se provoca un cambio de sus frecuencias con lo que se interfieren y atenúan las del ser vivo en cuestión y se origina un debilitamiento del mismo, apareciendo en él la enfermedad y si no se corrige el problema, la muerte. Es como si el agua orgánica actuase como convertidor de información y frecuencias entre los campos de energía vibracional y las células del ser vivo.
Sin embargo existe otro factor importante a tener en cuenta dentro del modo de acción de las RADIACIONES NOCIVAS en los seres vivos, al menos en los humanos: el desequilibrio e interferencia de sus cuerpos sutiles ocultos, fundamentalmente el Etérico o Bioplasma, lo que se realiza a través de los chakras o centros de comunicación existentes entre ellos, por fenómenos de interferencia o bloqueo. Esto, si bien no es aceptado por la ciencia ortodoxa, seguramente por no haberlo podido evidenciar, es interesante tenerlo en cuenta porque explica la acción sobre el organismo de las Emisiones de Forma y de las Abstractas, cuya acción no puede explicar la ciencia oficial, pero que pueden producir grandes desastres sobre la salud. Se abre aquí un interesante y atractivo campo de investigación que debería explorarse, pues de ello puede depender no sólo la salud de nuestros hijos y nietos, sino posiblemente la vida en nuestro planeta.

COMO RECONOCER CUANDO ESTAMOS SOMETIDOS A LA ACCIÓN DE RADIACIONES NOCIVAS

Es bastante difícil saber cuando estamos sometidos a la acción de radiaciones naturales o artificiales nocivas para nuestra salud, pues los signos y síntomas que producen son similares a los de muchas enfermedades, es decir completamente inespecíficos.

No obstante puede sospecharse que estamos sometidos a la acción de este tipo de radiaciones cuando habiendo estado en perfecto estado de salud y sin que sea atribuible a otra causa, tras haber cambiado de vivienda o de lugar de trabajo, al cabo de un determinado tiempo aparezcan síntomas tales como:

Debilidad y pérdida de fuerza, dolores de cabeza inexplicables, irritabilidad exagerada, ansiedad o depresión, insomnio, pesadillas, sudoración anormal, alergias, asma, dolores articulares, malas digestiones, palpitaciones, calambres sin causa justificada, sensación de frío en miembros inferiores y en espalda, sensación de electricidad en todo el cuerpo, y otros que realmente pueden sentirse en muchas enfermedades banales.

Seguramente en la prehistoria los seres humanos al vivir en íntimo contacto con la naturaleza, poseían una sensibilidad especial para saber cuando estaban en lugares donde existían radiaciones nocivas para su salud, lo que se ha perdido en el transcurso de las edades, aunque se puede, gracias a los conocimientos que nos proporciona la tecnología actual, detectar y corregir la mayor parte de las veces la causa de estos problemas.

Por eso cuando se padezca alguno de estos síntomas, y cuando después de ser estudiados por la medicina no sea posible encontrar su causa, debe pensarse que pueden deberse a la acción de este tipo de radiaciones, sobre todo si se ha cambiado de vivienda, de población, de lugar de trabajo, o si se han instalado en la vivienda o en sus proximidades transformadores eléctricos, antenas emisoras de radio o TV o de Telefonía Móvil, microondas, electrodomésticos, pantallas de TV o monitores de ordenadores, muebles metálicos, etc. En estos casos es conveniente que un especialista en geobiología en colaboración con un médico conocedor de estos problemas estudie el caso en cuestión.

ENFERMEDADES Y DOLENCIAS QUE PUEDE
PRODUCIR LA EXPOSICIÓN CONTINUADA
A LAS RADIACIONES NOCIVAS

Para que las radiaciones nocivas lleguen a producir enfermedades es preciso que actúen sobre los seres humanos, en general, durante mucho tiempo y de una forma bastante continuada, pues aunque dependen también de otros factores como son su intensidad y potencia de radiación, el organismo posee muchas defensas que pueden neutralizarlas, al menos durante un tiempo.

Los diversos autores, que desde LAKHOVSKY, PEYRÉ, CURRY, HARTMANN y otros han estudiado estos problemas, señalan que la exposición a estas radiaciones pueden producir enfermedades tales como:

Alergias y asma, depresión y ansiedad, debilidad y pérdida de fuerza, colon irritable, estreñimiento o diarreas inexplicables, impotencia en hombres y frigidez en mujeres, caída del cabello, enfermedades hepáticas, muerte súbita del lactante, enuresis nocturna, etc.

Además actúan como factor coadyuvante en el desarrollo de otras enfermedades aunque no las originen de forma directa, como:

Esclerosis en placas, enfermedades cardio-vasculares, enfermedades mentales, ideas suicidas y suicidios, fobias diversas, esquizofrenias, desdoblamiento de la personalidad, psicosis maníaco-depresiva, cánceres y tumores de todas las clases y algunas enfermedades infecciosas.
En muchos de los puntos negros de las carreteras, donde se producen sistemáticamente accidentes inexplicables, se ha detectado la presencia de fuertes disturbios en la emisión de radiaciones telúricas.

Actualmente la O.M.S. recomienda quitar las líneas de alta tensión de las zonas habitadas, porque acepta que los campos electromagnéticos que generan pueden producir depresiones y leucemias.

ARMONIZACIÓN Y NEUTRALIZACIÓN DE LOS EFECTOS DE LAS RADIACIONES NOCIVAS

Llegados a este punto es posible que el lector se encuentre asustado o al menos impresionado por lo que acaba de leer y piense que estando rodeado por tantas radiaciones nocivas, seguramente le alcanzará alguna y le hará enfermar. Sería así si nuestro organismo no supiera defenderse, pero por suerte para nosotros, posee una serie de mecanismos defensivos extraordinarios, con tal capacidad de adaptación, que puede interferir y neutralizar a estas nefastas radiaciones. Pasa algo parecido a lo que sucede con las enfermedades infecciosas, que su padecimiento depende por un lado de la virulencia del microbio y por otra de la potencia inmunitaria del individuo.

En general ocurre que nuestra dinámica vital es capaz de poner en marcha una serie de sistemas de defensa de tipo físico-químico y biológico, que neutralizan todo tipo de agresiones a nuestro organismo, pero eso le exige un esfuerzo suplementario que puede mantener durante un determinado tiempo, pero no siempre, pues llegará un momento en que su capacidad defensiva sea desbordada y sucumba ante la agresión. Por eso es preciso conocer la existencia de estas radiaciones nocivas naturales o artificiales para huir de ellas, y si no es posible, armonizarlas y neutralizarlas para evitar que nos hagan enfermar y destruyan nuestra salud y nuestra vida.

Todo esto que ha sido importante hasta principios de siglo, cobra en la actualidad una importancia especial pues a las radiaciones nocivas naturales, hay que añadir las artificiales creadas por la humanidad que en estos últimos decenios están aumentando en progresión geométrica, lo que hace que los seres humanos al igual que el resto de los seres vivos estemos sometidos a una contaminación electromagnética excesiva, sin ninguna duda nada recomendable ni para la salud ni para la vida. El progreso humano no se va a detener por esto, aunque al mismo tiempo que causa este problema también nos da los medios para resolverlo. Por eso es necesario estudiar e investigar estos problemas con objeto de darles una solución, lo que gracias también a la evolución tecnológica será posible si se toma en serio el asunto y se investiga adecuadamente.

Generalmente los lugares donde mayor daño hacen las radiaciones nocivas es en los que se permanece mucho tiempo sometido a su acción. Son el lugar en que se habita, fundamentalmente donde se duerme, y el lugar en que se trabaja si es un trabajo sedentario en el que se permanece siempre en el mismo lugar. El ideal sería realizar siempre una prevención del problema, es decir huir siempre de los lugares ricos en radiaciones nocivas naturales o artificiales, pero como esto no puede ser posible siempre, si uno se encuentra en un lugar donde existen estas nefastas radiaciones habrá que neutralizarlas y armonizarlas convirtiéndolas en benéficas o al menos en indiferentes. Es recomendable:

1) En primer lugar, antes de hipotecarse para adquirir una vivienda debería ser exigible al vendedor, que mostrase un estudio geobiológico de la misma realizado por un especialista, pero como en nuestro país no existe ninguna obligación legal al respecto, sería aconsejable pedir a un experto en geobiología que realice un profundo estudio de la casa y determine si existen o no Radiaciones Nocivas y si se pueden neutralizar, pues existen casas que son trampas mortales y que nunca se deberían de habitar.

2) Estudiar muy bien las formas geométricas de las construcciones y su armonía o desarmonía, así como los materiales empleados en ellas, la existencia de redes de alta tensión, transformadores de potencia, antenas emisoras de radio a menos de 1 Km. de distancia, planos de la instalación eléctrica y de las tomas de tierra, etc.

3) También es de suma importancia ver un estudio geológico del terreno en que está construida, si hay agua subterránea, pozos o cavidades abiertas o cerradas, si hay emisiones radioactivas o emanaciones de gas radón, etc.

Si ya se vive en una vivienda y no hay posibilidad de cambiar, se debe estudiar la posible neutralización de estas radiaciones nocivas lo cual se puede realizar la mayoría de las veces con éxito, lo que debe encargarse a un especialista que conozca la geobiología y la domología, pues existen muchos métodos eficaces de hacerlo.

Se emplea la geopuntura, circuitos oscilantes, antenas, derivaciones a tierra, cristales de cuarzo, solenoides, pantallas metálicas, láminas de plomo y diversos aparatos como son los dispositivos armonizadores SV2 y SV7 de ARK'ALL, la barra de LOUKSOR, etc. Entre todos ellos quiero destacar un instrumento español, el Armonizador de Radiaciones Nocivas BIZ-UR del geobiólogo Javier PETRALANDA, miembro del Instituto Científico Multidisciplinar JOVELLANOS, que está dando un magnífico resultado en la armonización de la mayoría de las radiaciones nocivas existentes naturales y artificiales, pues tiene una banda muy amplia de acción que cubre el espectro de emisión de la mayor parte de ellas.

Espero haber llamado la atención del lector ante este problema pues junto con el progreso, la contaminación electromagnética crece a un ritmo tan vertiginoso que desborda los mecanismos de adaptación de los seres vivientes. Por eso, el conocimiento de las radiaciones tendrá una gran importancia no sólo en el bienestar y salud, sino hasta en la calidad de vida de la humanidad. Hagamos de nuestras viviendas y centros de trabajo unos lugares de salud, y de nuestro planeta un lugar de bienestar y de paz.

Carlos J. Rueda S
18565256
EES
Sección: 2


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